

Entrevista a Damià Duran Jaume
Damià Duran
Jaume. Autor del ensayo "L´oci com a
llenguatge de llibertat". Reconocido ya en 1978 con el Premi Ciutat de
Palma, esta actualización del texto inicial viene a explicar las bases del ocio
como principio fundamental de expresión en libertad. Pero el sistema
capitalista en muchas ocasiones ha pervertido ese modelo para amoldarlo a sus
necesidades, rompiendo con el ´lleure´ tradicional anterior a los años sesenta.
Habla claro desde
el principio. Tal y como ya lo hiciera en 1978 cuando ganó el Premi Ciutat de
Palma con "L´oci com a llenguatge de
llibertat", un ensayo (ahora ampliado) sobre la evolución del tiempo libre,
sus connotaciones y su manipulación por parte del sistema capitalista.
-¿Cómo se puede
definir el ocio?
-Principalmente
es la libertad que tiene el hombre en el momento en que empieza su tiempo
libre. El ocio es el lenguaje de la libertad.
-¿Cómo surgió en
1978 la idea de este ensayo?
-En principio
fue un documento de 180 páginas muy desarticulado que poco a poco ha ido
cogiendo forma. Me basé en varias líneas de estudio para empezar. Una de ellas
fue la búsqueda de palabras relacionadas con el ocio en el "Diccionari Català-Valencià-Balear", expresiones, refranes, locuciones...
y las otras entroncan con la antropología, la psicología o el psicoanálisis.
-¿El ocio es
juego?
-Sí, pero tiene
otras implicaciones. El ocio es una conversación de sobremesa, cocinar por
placer, es relación sexual. Si tu conciencia se siente libre y lúdica está en
disposición de dar el salto cualitativo hacia el lleure.
-¿Ocio y
´lleure´ es lo mismo?
-Un término
representaría la duración y el otro el aspecto moral y las necesidades
individuales de placer.
-¿Cuándo
transformó la publicidad nuestra forma de entender el ocio?
-La
transformación se produjo a partir de la década de los 60, cuando cambiaron las
estructuras comerciales y de producción. Desde entonces la sociedad se ha
dejado llevar por las estrategias de propaganda, creándose una ruptura con el
ocio tradicional.
-¿Pero el
capitalismo no ha conllevado una mayor oferta?
-El capitalismo
es agresivo; usa la producción industrial no para beneficiar al obrero sino
para conseguir un mayor consumo. El principio de la libertad ha desaparecido y
se ha transformado en una dependencia muy bien organizada.
-Suena a
complot...
-La publicidad
del ocio actualmente se basa en principios psicológicos. Existen estudios de
empresas sobre las áreas cerebrales del placer y cómo utilizarlas en beneficio
suyo. Al capitalismo le interesa que no conozcamos su poder para dominarnos.
-¿Es imposible
resistirse?
-El problema es
que no hay una asignatura que enseñe qué es el ocio y cómo hacer un buen uso de
él. Eso crearía en los niños una conciencia crítica y saber cuándo te están
manipulando.
-Pero esa
intromisión también nos afecta a los adultos; es estructural
-Estructural y
global. El mismo sistema lo justifica. Hoy la felicidad se paga, mientras que
antes el ocio era en buena parte gratuito. Todo ello comporta asimismo la
autodestrucción del sistema de cultura autóctona. Aceptar la modernidad ha
significado perder la tradición, la artesanía del juguete por ejemplo, la
cultura de los juegos locales, comarcales o del país.
-¿Si el ocio es
positivo... por qué la palabra ocioso tiene un carácter peyorativo?
-En tiempo de
los romanos, el otium pertenecía a las clases altas que tenían tiempo para
dedicar a la filosofía, a leer, a jugar. Era como una tregua de bienestar entre
guerras. Entonces tenía un sentido positivo, pero el cristianismo lo cambió
todo. Ramon Llull, por ejemplo, solo habla del ocioso, no del ocio. La primera
definición de nuevo en positivo no es hasta el siglo XV.
-¿El negocio es
lo opuesto al ocio?
-Son opuestos
pero al mismo tiempo complementarios.
-¿Cuál es el
papel de la política en todo esto?
-Si uno no entra
y no disfruta del ocio con unos valores personales sólidos es más manipulable y
políticamente más dócil. Quien no tiene una conciencia clara de la libertad se
dejará arrastrar por estrategias comerciales y políticas. Durante el franquismo
se prohibieron identidades culturales del país que también afectaron
evidentemente al lleure. La lengua propia es un valor de ese ocio y de libertad
personal que actualmente está de nuevo en peligro.
-Si todavía nos
falta mucho por aprender al respecto, ¿En qué nivel estamos ahora?
-Estamos en
párvulos. Pero puede estar seguro que la ciencia del ocio nacerá tarde o
temprano. Necesitamos más abstinencia.
-Eso suena a
valor religioso
-Hay que saber
consumir de forma responsable ese ocio a la carta que tenemos hoy. El sistema
contemporáneo necesita consumidores para subsistir, supone dependencia y más
trabajo, por eso hay que ser moderados. Moderar el consumo aumenta el placer.
Pero eso también es perfectamente posible en una sociedad laica.
-Con internet y
todas las nuevas redes sociales, ¿No tiene la sensación que el ocio es casi un
secuestro en el que uno debe hacerse visible en todo momento?
-Existe el
peligro de cada vez ser menos uno mismo. Es complicado cuando te cambian las
piezas cada dos por tres.

L’oci com a llenguatge de la llibertat
Duran Jaume, Damià
Una completa visió de l’entreteniment humana des del vesant del joc i de les conductes del lleure.